miércoles, 3 de julio de 2013

Momento


“Es curioso, pero vivir consiste en
construir futuros recuerdos.”
Ernesto Sábato.

Es el momento. Un momento poblado de caramelos de miel y sopas de letras. Un momento que nos acaricia y se hunde en nosotros para nosotros hundirnos en él.
 Un momento abrasivo, que quema la conciencia y nos vuelve culpables. Nos martiriza, ahuyenta los malos espíritus y nos deja agotados de tanto remordimiento.
Ese momento de ginebra, de lobo con piel de oveja y de mar, sobre todo de mar. Momento en que las ventanas rotas hablan con pesar pero sin culpa en mi piel.
Llega el momento en que la insurrección se hace vistosa y revienta, como solo puede hacerlo un momento halcón. Nacimos para mover las alas, erigir estatuas a quienes nos construyen una jaula para volver siempre. Todo se resume a eso, a despertar en sudor y lágrimas, recordando que la noche anterior pudimos ser algo, pero terminamos entre las sabanas enredando las piernas pero no los labios, porque eso se llamaría amor.
Todo se resume a recordar y no poder dejar que la vida nos ataque por la espalda llenando nuestra sangre de la dulce droga de la ilusión.
Momento fue todo aquello que nos embriagó, llenó nuestras lenguas de puras amarguras y cocinó un dolor que, ante todo, se llama vida.